Al menos dos veces alguien profanó la tumba de Tutankamón. No se conserva la menor pista que nos explique cómo los sacerdotes evitaron el saqueo total. Solo sabemos que, después de cada violación, volvió a sellarse, convertida en la caja fuerte de un inmenso tesoro. Howard Carter fue el primero que encontró la combinación para abrirla...
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