Mercedes Cristófol, Maitena Fidalgo
Conozco a Mariela en el mes de julio del 2002. Me la presenta una compañera de planta para que la atienda durante su licencia. Había iniciado tratamiento ambulatorio en este hospital días antes, derivada del Hospital de Clínicas. Se presenta con su madre (Aída) en el servicio social, siguiendo una sugerencia de su terapeuta.
Mi colega de planta me pide que durante esta primera entrevista me limite a observar. Mariela se muestra con una actitud de desconfianza y hostilidad hacia nosotras. Su relato es interrumpido permanentemente por su madre, quien emite juicios descalificantes hacia con su hija.
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