El presente artículo hace una reflexión sobre el papel de la investigación en el proceso de planificación e implementación de programas en los Servicios de Bienestar, para adaptarse a las nuevas necesidades.
Propugna una metodología de investigación flexible que se adapte a los contínuos cambios de la realidad social y sobre todo que tenga en cuenta que el usuario ya no es el objeto de la intervención, sino el protagonista de su propio cambio.
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