Cada vez se confía menos en la dirección de las grandes empresas. ¿Pero cuál es la raíz de este problema? Las técnicas por sí solas no construyen un negocio; es el negocio y las personas que lo comparten quienes la determinan. El autor utiliza como base de su análisis la doctrina aristotélica que afirma la primacía del ergón en función del que se determina la convivencia profesional.
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