Teresita Alzate Yepes, Ana Margarita Puerta, Rosa María Morales
El que la educación haya reconocido en el estudiante a un sujeto activo de los procesos de enseñanza y aprendizaje, y al profesor como un provocador de éste, invita a reconsiderar el lugar de la didáctica, es decir, los modos que utiliza para promover la formación integral de sus alumnos, más allá de un saber disciplinar, por ello es válido y oportuno explorar la utilización del diario de campo, como un punto de encuentro entre ambos interlocutores, mediante el develamiento del lugar que potencialmente posee como mediador de procesos de humanización y de crecimiento personal y profesional, amén de lo significativo para el campo de la didáctica y la pedagogía en las ciencias de la salud.
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