Cuando los españoles conquistaron las tierras colombianas, los kogi buscaron refugio en el imponente macizo de la sierra Nevada de Santa Marta, junto a la costa caribeña. Desde entonces se han mantenido fieles a su forma de vida, en la creencia de que si protegen su montaña sagrada, conservarán el equilibrio del planeta, su principal tarea como guardianes del mundo. Inmersos en el torbellino de la Colombia actual, esta labor es cada vez más difícil.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados