En este artículo se defiende que ni la perspectiva universalista ni la perspectiva particularista pueden ignorarse mutuamente. Ambos enfoques son necesarios para una mejor comprensión de la complejidad de las afirmaciones del multiculturalismo actual y ambos pueden contribuir a una solución. De este modo, se analizan en primer lugar varias conceptualizaciones de «identidad». A continuación se muestra cómo las afirmaciones sobre justicia distributiva se convierten en afirmaciones de identidad. En tercer lugar, se discuten algunas consecuencias de comprender la «identidad» no como una construcción política sino como una característica ontológica. Finalmente, se considera cómo las mujeres han sido históricamente «mediadoras», y los riesgos que esto implica. En las conclusiones se muestra la importancia tanto de las concepciones universales como de la atención debida a los movimientos identitarios y sus reivindicaciones.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados