Por azares del destino a fray Servando Teresa de Mier, luego de pasar de Portugal a España en 1808 para unirse a la resistencia contra la invasión napoleónica, estuvo al lado de los diputados americanos que participaron en las Cortes de Cádiz. Para él ese momento resultó determinante en su vida, pues se convirtió en el detonador que lo hizo luchar, con todas sus fuerzas, contra el gobierno español y a favor de la libertad e independencia absoluta de América. Esta es la piedra angular que nos permitirá entender toda la vida y pensamiento de fray Servando, desde entonces hasta su muerte.
Si se toma en cuenta que Mier se convirtió en una de las figuras más significativas del movimiento de independencia en América, se verá la importancia de comprender con claridad sus motivaciones, sus ideas motoras, sus convicciones políticas y sus modelos ideológicos. Es verdad que de su conversión en 1808 a su plena madurez, ya como diputado del México independiente, su pensamiento evolucionó considerablemente, y así no dudó en retractarse en diversas ocasiones, de ideas y convicciones que con ahínco había sostenido en determinado momento de su vida.
Sin embargo, en la raíz de su trayectoria, la claridad de sus metas y posturas políticas lo salvaron de naufragar en un turbulento y agitado mar de teorías políticas de toda índole que desde todos los rincones de Europa y América, pugnaban por imponerse. Fray Servando, tras su decepcionante experiencia en las Cortes de Cádiz, salió anhelante de ver realizados dos grandes sueños en toda América: el de libertad y el de independencia absoluta -que no relativa-, como lo empezaban a sugerir por ese entonces diversos autores.
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