No es posible encontrar argumentos racionales que justifiquen los comportamientos solidarios. La solidaridad debe basarse en razones éticas. Sólo desde estas razones, aquellas que afirman nuestra bienestar.
responsabilidad innegociable para con el Otro, una responsabilidad mayor cuanto más débil y vulnerable sea ese Otro, será posible plantear una defensa del Estado de bienestar
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