José Luis Larrea Jiménez de Vicuña
El baloncesto y todo lo que lo rodea, tanto desde su concepción inicial en un entorno educativo como en su proyección económica y social en el mundo del ocio y la diversión, nos presentan una realidad rica en matices y de la que podemos extraer múltiples enseñanzas. En realidad, cualquier tipo de juego está orientado hacia la creación de un nuevo escenario, de un cambio en las condiciones de partida, de un objetivo que alcanzar. Muchas veces sorprendiendo a otro jugador, otras sorprendiéndonos a nosotros mismos. Todos los juegos, del tipo que sean, se pueden englobar dentro de ese espacio de sorpresa, inspiración y ejecución que conlleva todo proceso de innovación. Si los juegos son buenos ejemplos de innovación, la siguiente pregunta que nos podemos hacer es en qué medida nos pueden servir para aprender sobre ella.
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