Lo que Lacan llama punto elegido es esa cristalización de lo vivo del lenguaje en la "lalangue". Para que haya un punto elegido no basta con que una palabra o un silencio haya encontrado un cuerpo, también hace que falta que el cuerpo sea sensible. Es preciso para que una palabra, una frase o un fonema devengan puntos elegidos que movilicen lo vivo de la lengua. Esto es lo que puede abrirle al sujeto la vía del sinthome
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