El tráfico y comercio ilegal de especies es el tercer tipo de negocio ilícito más lucrativo del mundo, arrojando ganancias por arriba de los 20 mil millones de dólares. México, como país megadiverso y por su posición geográfica ante los Estados Unidos, está sujeto a este tipo de actividad que no sólo erosiona su biodiversidad, sino que empeña la soberanía del país y futuro de los mexicanos. En este tenor, Chihuahua también posee numerosas especies silvestres buscadas y comerciadas por contrabandistas y, al mismo tiempo, su territorio es usado como ruta de tránsito al vecino país. Habida cuenta de que esta clase de crimen ambiental está creciendo, debido a que los esfuerzos por detenerlo son insuficientes y a que existe una falta de conciencia sobre el patrimonio biológico en la comunidad, se considera que una de las formas en que se puede luchar contra este fenómeno es la educación y comunicación ambiental.
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