Una preocupación actual es lograr la seguridad alimentaria para una población mundial creciente. Por lo general se considera que la ecuación básica que teóricamente indica la cantidad de alimento disponible está integrada por dos componentes principales: el volumen producido y el número de personas que habitan el planeta. Un tercer punto, muchas veces olvidado, es la pérdida de lo producido. Cuando se hace referencia a los cereales, las pérdidas en los países en desarrollo alcanzan en promedio un 25%. En cuanto a las frutas y hortalizas, que son más perecederas, en algunos casos pueden llegar al 100%. Los bienes de la naturaleza son bienes sociales y, por lo tanto, todos tienen derecho a satisfacer con ellos sus necesidades básicas. Disminuyendo las pérdidas se reducirá en gran medida la multiplicación de la pobreza y el incremento de las desigualdades. El presente trabajo describe brevemente la situación actual de las pérdidas postrecolección de algunas frutas y hortalizas en varios países asiáticos (Tailandia, Japón, Corea, Filipinas, India y Taiwan) y propone soluciones que consideran la perspectiva ética del tema, para que las mismas sean respetuosas de la dignidad humana y protejan y conserven el medio ambiente y las especies.
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