La escasez de recursos hidráulicos, y su irregular distribución son base perenne de la política de aguas en España, política que en estos momentos se enfrenta a un período de transición cuando la estrategia de oferta debe ser sustituida por otra de gestión del recurso disponible. La Ley de Aguas de 1985, y su reforma de 1999, han optado por basar todo uso del recurso hidráulico en la planificación: bajo este concepto han nacido los Planes Hidrológicos de Cuenca e incluso el propio Plan Hidrológico Nacional. Desde esta perspectiva, el artículo aborda los conceptos de sostenibilidad, calidad y gestión, estableciendo los ocho desafíos que debe afrontar la política de aguas para que la gestión del recurso hidráulico tenga éxito.
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