Cuando los historiadores del futuro relaten lo que ocurrió el 11 de septiembre y las semanas posteriores en Nueva York, tendrán que referirse a la forma inédita como los medios de comunicación masiva cubrieron esos hechos. Salvo contadas excepciones, los medios no sacaron provecho del dolor de las personas para aumentar sus raitings. En ese sentido se podría decir que su desempeño fue muy profesional. Otra cosa fue la presentación de la información para señalar un culpable de lo ocurrido. En este punto parece claro que desde un comienzo, justificados en el dolor que sentían, algunos medios cayeron en la trampa del �síndrome del enemigo�.
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