José Luis Gabaldón García, Andrés Antillano
La policía, como institución estatal encargada de controlar el delito, prestar un servicio de seguridad ciudadana y administrar el uso de la fuerza física para el mantenimiento del orden y la convivencia pacífica, se encuentra permanentemente en la agenda de las políticas de gestión social. Dos países de perfil socioeconómico y cultural muy diferentes, como Irlanda del Norte y Venezuela, han abordado recientemente procesos de reforma policial. Este artículo discute los antecedentes y perfiles de dichos procesos, que guardan paralelismos en cuanto a los problemas de tutela de los derechos ciudadanos, regulación de la fuerza física y desarrollo de mecanismos de control comunitario de la policía, destacando las diferencias, que giran en torno a una mayor autonomía y protagonismo policial en la reforma, así como a una mayor confrontación político-ideológica, en el caso norirlandés frente al caso venezolano. Se destacan los desafíos para la implementación y seguimiento de las reformas propuestas y los logros alcanzados, a nivel organizativo o normativo, así como la necesidad de involucrar activamente a la policía en todo proceso de reforma, para asegurar su implementación y continuidad.
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