Para algunos, quizás para los más ingenuos, la relación entre cine y violencia de género está fuera de lugar o es poco pertinente. Piensan que el cine es un espectáculo y una forma de entretenimiento y la violencia de género un grave problema social, por lo tanto cosas poco relacionadas. Con buen sentido y criterio -expresión por la que nos decantamos en estas páginas-, es un asunto grave, muy grave, que no ha lugar en el espacio del ocio y la diversión. ¡Ojala fuera tan fácil y sencillo! Sí, es cierto, el cine tiene como misión esencial la del entretenimiento, pero es más que eso, hace más cosas, a veces sin proponérselo, otras proponiéndoselo. También es cierto que la violencia de género es un grave problema, pero no puede ser aislada de los contextos y lo medios en los que se expresa, se encauza, se aclara o, como a veces ocurre, desgraciadamente, se frivoliza.
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