En 2008 se profundizó en el desarrollo de la crisis financiera iniciada en el verano de 2007. En este último período de tiempo terminó una larga etapa de auge del mercado de vivienda. Esta evolución tuvo lugar en numerosos países occidentales, en los que se alcanzaron niveles elevados de construcción y ventas de viviendas y también se registraron aumentos notables en los precios de dicho activo.
En España el auge desarrollado entre 1997 y 2007 fue el más prolongado de los registrados después de 1959. De la comparación entre los niveles alcanzados por las principales variables descriptivas del mercado de vivienda en España en el promedio anual del período 1998-2007 y la realidad del mercado de vivienda en 1997, un año "normal" en el comportamiento de dicho mercado, se deduce la intensidad alcanzada en tal etapa por las variables descriptivas de la situación del inmobiliario residencial.
El exceso de oferta de vivienda y el aumento del coste de capital (tipos de interés más elevados y ausencia de expectativas alcistas en los precios de las viviendas) provocaron un descenso gradual de las transacciones. La restricción crediticia derivada de la crisis financiera llevó a un "derrumbe" de dicho mercado en 2008. El comportamiento de los precios de las viviendas ha sido de descenso moderado. La desaceleración de la inflación de la economía retrasará el ajuste del mercado de vivienda. Ello no ayudará a mejorar la situación general de la economía en 2009, ejercicio que aparece cargado de interrogantes.
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