Este artículo pasa revista a las principales consecuencias de la crisis financiera actual, que se han intensificado desde septiembre de 2008, destacando las respuestas con que han intentado enfrentarse a la misma las autoridades públicas, y particularmente el Eurosistema y otros bancos centrales. En concreto, se analizan la incertidumbre sistémica, la provisión de liquidez y financiación a la economía y la recapitalización de entidades en crisis. El artículo se cierra con los grandes retos que plantea la crisis en el futuro inmediato: una mejor información sobre riesgos, un esquema de incentivos apropiado y la mitigación de los efectos procíclicos presentes en la regulación financiera.
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