Las plataformas multilaterales (MSP) pueden recortar sus costos de transacción y aumentar el alcance a los clientes. Pero las MSP poderosas como Microsoft, Google y Apple también han tendido a extraer la mayor parte de su valor de sus plataformas, principalmente porque las empresas que han operado con ellas no entendieron adecuadamente sus motivos y estrategias operacionales. En consecuencia, las empresas pueden terminar cediendo fácilmente el control de sus clientes a las MSP o transformarse sin querer en commodities. Hagiu y Yoffie, ambos profesores de Harvard Business School, exploran cómo las MSP pueden usar su poder para efectuar �atracos� contra las compañías que se unen a ellas. Los autores ofrecen pautas para ayudar a los ejecutivos a crear una estrategia eficaz para relacionarse con las MSP e identifican tres problemas básicos que los ejecutivos deben abordar: (1) si aliarse o no con las MSP existentes, construir sus propias plataformas, o ambas cosas; (2) una vez que hayan concluido que al menos una MSP de un tercero puede beneficiar su negocio, decidir a cuántas unirse; y (3) entender cómo jugar; es decir, cuáles prestaciones o servicios deberían adoptar y cuáles rechazar para mantener la ventaja competitiva de su empresa. Algunas firmas que no tienen el poder necesario para influir en las acciones de una MSP podrían tener pocas opciones. Pero muchas empresas �a solas o en alianzas� pueden tomar decisiones que las diferenciarán de los competidores y limitarán el poder de la MSP sobre sus negocios.
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