Tras las elecciones del 18 de febrero de 2008, y en medio de una gran incertidumbre política, Pakistán aspira a alcanzar la meta de la democracia. A pesar de que la insurgencia no cesa en la frontera con Afganistán y de que la relación con Estados Unidos se vuelve cada vez más tensa, el proceso de paz con su vecina India resiste milagrosamente. Sin embargo, tras el último episodio firmado por los socios gubernamentales que ha dado lugar a la dimisión del presidente Musharraf, Pakistán emprende un nuevo rumbo en la encrucijada política que atraviesa desde los pasados comicios.
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