OBJETIVOS Tratar de desentrañar la compleja patología del último rey de la dinastía de los Austrias, Carlos II, apodado El Hechizado, dentro de la cual la urogenital fue preponderante, impidiéndole cumplir con una de las finalidades de la institución monárquica cual es la transmisión a un descendiente y produciéndole una serie de complicaciones que le llevaron al fallecimiento.
METODOS Revisamos las obras en las cuales se describe la vida del Rey, haciendo hincapié en sus antecedentes consanguíneos, en las dudas sobre su sexo en el momento del nacimiento, sus procesos patológicos, la repercusión en las Cortes Europeas, pero sobre todo en sus matrimonios y en la incapacidad para generar un heredero. Resaltamos como, siguiendo el pensamiento de la sociedad española del siglo XVII, hizo pensar que se encontraba hechizado. Sobrenombre con el que pasó a la historia.
RESULTADOS Deducimos que pudo presentar un hipospadias posterior que junto con la monorquia y testículo atrófico, hace pensar que presentó un estado intersexual con genitales ambiguos. Su fenotipo físico inclina más hacia un hermafroditismo verdadero y sobre todo un varón XX, que hacia un síndrome de Klinefelter que ha sido el más atribuido. Es probable su asociación con un síndrome X frágil. Monorreno congénito muy posiblemente, su muerte se debió a una insuficiencia renal crónica producida por una glomerulopatía o una nefropatía intersticial a consecuencia de una litiasis renal más infecciones del tracto urinario recidivantes.
CONCLUSIONES Fruto de una reiterada política matrimonial endogámica, feneció en 1700 la dinastía de los Habsburgo en España encarnada en Carlos II, un monarca pluripatológico que sólo se libraría de especulaciones si se efectuaran estudios cromosómicos y genéticos de sus restos presentes en el monasterio de El Escorial.
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