En este artículo se analiza el desequilibrio exterior de nuestra economía desde el punto de vista de su financiación. Se estudia el proceso desde sus causas, pasando por las peculiaridades de las fuentes de financiación y sus efectos, hasta llegar a unas propuestas de corrección. El autor apoya, y los mercados así lo han confirmado, que el pertenecer a la eurozona ha eliminado los riesgos político y cambiario, pero no así el de mercado. Al encarecerse nuestras fuentes de financiación externas, el autor propugna aumentar el ahorro, disminuir la inversión residencial, y mejorar la competitividad de nuestras exportaciones.
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