En el presente artículo se hace una breve descripción de los avatares amorosos de la vida adolescente, entendiendo que con o sin tiempos de crisis, la afectividad atrae tanto como asusta. Sin embargo, en la actual atmósfera social y cultural se remarcan tres aspectos que pueden dificultar el aprendizaje afectivo: la excesiva estimulación, la confusión de mensajes y valores, y el predominio del individualismo. Finalmente se proponen algunos elementos correctores que pueden facilitar el desarrollo saludable de la afectividad: evitar la sobreprotección, cultivar la voluntad, facilitar espacios comunitarios, y expresar afecto y apoyo.
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