El tránsito hacia un nuevo modelo productivo exige un cambio de paradigma que sitúe los valores de justicia social como eje central del cambio hacia un modelo económico sostenible y humano. El crecimiento económico debe contemplar las necesidades acuciantes de protección medioambiental, conjugando la promoción de la cohesión social con la dimensión verde, de manera que se avance hacia una sociedad sostenible. El nuevo modelo productivo implica otra manera de pensar y de evaluar la riqueza, haciendo necesario que indicadores de riqueza como el PIB contemplen otros parámetros, como la reducción de la contaminación, la preservación de la biodiversidad, la utilización racional de los recursos y la cohesión social.
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