Alicia Durán, Eduardo Gutiérrez
La crisis económica global se ha producido como consecuencia de sustituir los principios democráticos universales de justicia social, solidaridad e igualdad por el mercado. El resultado ha sido más desigualdades y más pobreza, además de hundir al planeta en una crisis múltiple que sobrerpasa la economía y se convierte también en medioambiental, alimentaria, energética, ética y democrática. Por lo tanto, es necesario cambiar el paradigma y tanto en España como en el resto del mundo hay que volver a pensar en la redistribución de la riqueza y en la aplicación de las nuevas tecnologías y la investigación priorizando a las personas. Se hacen imprescindibles regulaciones de los mercados y planificaciones de las economías donde los estados jueguen un papel preponderante.
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