Lo tenían claro desde que decidieron embarcarse en una empresa tan difícil como la editorial. Solo darían el salto si conseguían "distanciarse de las imposiciones más ensordecedoras de la ineludible industria cultural". Para ofrecer más de lo mismo, pensaron, no merecía la pena tanto esfuerzo, y de momento han sabido desarrollar su "proyecto intelectual" evitando la "lógica" de un mercado que predetermina los pasos a seguir para poder vender libros.
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