Joaquín Gil Sanjuán, Juan J. Toledo Navarro
En la Guerra de Granada los Reyes Católicos utilizaron todos sus recursos durante una década, con la finalidad de recuperar la totalidad del territorio peninsular. La verdadera protagonista de este conflicto bélico fue la artillería, utilizada para los asedios de las poblaciones y ruptura de sus fortificaciones. La operación más importante fue la conquista de Málaga y, para rendirla, se emplearon más de doscientas bocas de fuego. El uso de la artillería como medio de ataque a las fortalezas, es conocido en la Península Ibérica desde el asedio de Huescar por Ismail I en 1324, pero se intensificó durante la segunda campaña granadina (1485-1487) cuando se inició un proceso de sistematización, que bajo estricto control del poder real, culminó en el largo y cruento cerco de Málaga (104 días frente a los 50 de Constantinopla) convirtiéndola en una de las principales armas, ya con carácter propio, el la "nueva monarquía".
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