Las tendencias demográficas más plausibles para el fin de siglo apuntan a un envejecimiento progresivo de la población, baja fecundidad -especialmente en los países desarrollados- y disminución de los flujos migratorios. Las proyecciones de población que hace Naciones Unidas estiman que el Planeta superará los 9.000 millones de habitantes para el año 2050, suponiendo que el crecimiento demográfico sea del 1,2% anual. Estas estimaciones podrían calificarse de demasiado prudentes, ya que si se logran algunos objetivos que prevén las ciencias biológicas y la esperanza de vida se alarga más allá de los 100 años, las proyecciones se desbordarán.
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