Los virus mutantes tienen una gran capacidad de variación. Este es el caso del virus de la gripe, que provoca epidemias anuales de forma recurrente. Tal capacidad de mutación y recombinación es tan elevada que requiere actuaciones y vigilancia permanente de las autoridades sanitarias, nacionales e internacionales, para prevenir posibles pandemias ante mutaciones imprevistas, en un mundo marcado por la globalización y la comunicación permanente, y casi instantánea, entre países. Se asiste a la aparición de nuevas enfermedades con su nueva epidemiología y su nueva morbi-mortalidad, pero hoy se dispone del análisis de los datos que aporta la biología molecular, lo que permite, como sucede en el caso de la gripe, analizar el origen y la evolución de las epidemias con un nivel de precisión desconocido hasta ahora.
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