J. C. Trullas Vila, José María Miró Meda, Guillermina Barril Cuadrado
La prevalencia de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en pacientes en terapia renal sustitutiva (TRS) es muy variable, pero de forma global se estima que en Europa es del 1% y en Estados Unidos del 1,5%. La supervivencia de estos pacientes en TRS también ha mejorado notablemente con la introducción de tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA). La experiencia acumulada en la era del TARGA en trasplante renal en pacientes infectados por el VIH en Estados Unidos indica que la supervivencia a los 3 años es similar a la de los pacientes sin infección por el VIH, con un buen control virológico e inmunológico de la infección por el VIH bajo TARGA y sin presentar mayor número de infecciones oportunistas y/o tumores. Los criterios de selección de pacientes infectados por el VIH que han utilizado los diferentes grupos de trasplante han sido: ausencia de manifestaciones oportunistas previas, tener una cifra de linfocitos CD41 superior a 200 cél./µl y una carga viral del VIH suprimible con TARGA. En España, donde la mayoría de pacientes eran antiguos drogadictos, para el trasplante hepático se exigiría además una abstinencia de heroína y cocaína de 2 años de duración, y el paciente podía estar en el programa de metadona. Los principales problemas detectados en el período postrasplante son las interacciones farmacocinéticas y farmacodinámicas entre los antirretrovirales y los inmunosupresores, el manejo de la coinfección por el virus de la hepatitis C y la elevada tasa de rechazo. En España se han realizado hasta la fecha siete trasplantes renales, con buena evolución del paciente y del injerto y sin progresión de la infección por el VIH
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