La falta de acceso a los alimentos de las familias más pobres, como consecuencia de las alzas de los precios y la merma del poder adquisitivo que se ha producido con la crisis económica, es una de las causas principales de los más de mil millones de hambrientos. La respuesta a la crisis alimentaria actual se está quedando corta, porque se está centrando fundamentalmente en un aumento de la ayuda que se ejecuta por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, que aunque ha incrementado sus fondos y proyectos, apenas llega apara atender al 10% de los hambrientos del mundo.
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