En este trabajo se analiza la importancia de la ley de autonomía personal y atención a la dependencia de 2006 como política social que estabiliza a la familia y facilita la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Se destaca el papel ancilar de los ayuntamientos en la gestión de los servicios sociales sin el reconocimiento formal ni apoyo financieros que ello conlleva. Se justifica la necesidad de un reconocimiento de los servicios sociales municipales como medios para la elaboración de las historias sociales, definición del programa de atención individual y seguimiento de la persona en situación de dependencia. Finalmente se enfatiza en la importancia de los Centros de Servicios Sociales municipales no sólo como lugares de trámite administrativo sino como centros de referencia en la prestación de servicios sociales y en el seguimiento del bienestar de la persona en situación de dependencia. En suma en este trabajo se propone reforzar el lugar institucional de los servicios sociales municipales.
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