Frente a una sociedad sin límites morales, con excesiva permisividad, sacudida por la violencia y devaluada por la degradación humana, es imprescindible volver la mirada a la célula fundamental que da vida al tejido social que soporta y sostiene a la sociedad. Esa célula es la familia. La empresa generadora de seres humanos, donde se construyen los ciudadanos a partir de la vivencia de los valores que dan sentido de persona y de ciudadanía. Siendo la familia la primera escuela, la escuela por excelencia para la educación y desarrollo integral de la persona, se debe trabajar profundamente en su fortalecimiento y desarrollo. Una de las formas de lograr ese fortalecimiento es generando el compromiso de los padres hacia la educación de los hijos y en este caso específico hacia la formación de los valores de la dignidad y la libertad. En esta ponencia se hace énfasis en cuanto al compromiso para crecer en pareja y poder gerenciar una familia de manera exitosa. Al mismo tiempo se presenta el proceso valorativo como una herramienta para educar en los valores ciudadanos.
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