La idea de combatir la pobreza mediante mecanismos de mercado �como el emprendimiento de negocios con sectores de bajos ingresos (SBI)� despierta un gran interés. Pero no todas las empresas están en condiciones de asumir ese reto. Según C.K. Prahalad, las grandes empresas cuentan con las fortalezas requeridas: los recursos que manejan y movilizan, la gran escala de sus operaciones y la posibilidad de transferir conocimientos globalmente. Sin embargo, un estudio sobre negocios inclusivos realizado en América Latina por la red de escuelas de negocios SEKN descubrió que tales fortalezas no garantizan el éxito. A la hora de iniciar negocios con sectores de bajos ingresos, la pequeña y mediana empresa cuenta con sus propias fortalezas.
Si bien es cierto que las grandes empresas cuentan con recursos financieros, escala global, conocimiento de gestión, acceso a la tecnología y control de la cadena de valor, todos estos activos no las vuelven infalibles a la hora de hacer negocios inclusivos. Hay fortalezas que no tienen, y que las Pymes sí poseen: focalización en los sectores más pobres, bajo costo de oportunidad, proximidad con el mercado objetivo, flexibilidad, creatividad no convencional y pasión por el negocio. De hecho, las fortalezas diversas de empresas grandes y Pymes explican por qué las primeras son más rentables cuando tienen a los SBI como proveedores y no como productores, mientras que en las segundas se da lo contrario.
¿Hay formas en que se puedan combinar las fortalezas de una y de otra? Sí. Y los casos estudiados (Colcerámica, Activo Humano, Cruzsalud, entre otros) indican que hay más de una forma de hacerlo. A veces es una Pyme que busca apalancamiento; en otras, es una empresa grande que quiere apoyarse en una Pyme. Finalmente hay casos de emprendedores que se llevaron el conocimiento adquirido en empresas grandes hacia sus emprendimientos individuales.
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