Este artículo pretende demostrar que la exhibición española es todavía un sector lo suficientemente atomizado como para que no exista de momento una clara posición de oligopolio �como sucede en otros países de la UE- donde tres o cuatro operadores de cine controlan una parte sustancial del mercado. El poder del que gozan algunos operadores regionales en diferentes comunidades autónomas ha propiciado que se mantenga esa diversidad a nivel nacional. Sin embargo, a nivel local, e incluso regional, la medición de estos niveles de concentración denota que existe una �competencia imperfecta�, puesto que muchas provincias españolas de pequeña y mediana dimensión están controladas solamente �dada la estrechez de ese mercado- por uno o dos empresarios de exhibición, superando el umbral que para estos casos establece la Comisión Nacional de la Competencia.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados