Eugenio Garrido Martín, Ramón Ardanuy Albajar, Alberto Enrique de la Torre García, Luis Gómez Jacinto
Un estudio que pretendiera ordenar las publicaciones que la Psicología Social ha dedicado al desempleo sería un buen argumento para probar la hipótesis de cronicón social que GERGEN (1973) propusiera para explicar la razón y las limitaciones de muchos estudios psicosociológicos (GARRIDO, 1982). También probaría otras hipótesis historicistas como las de la etogénesis (HARRE, 1977) o la dialéctica de Buss (1975, 1979) o la culturalista de SAMPSON (1977). Los estudios psicosociológicos sobre el desempleo suelen lamentarse monotónicamente de falta de bibliografía sobre el tema. Sólo se exceptúa la producida durante la época de la llamada gran depresión de los años treinta (EISENBERG, LAZARSFELD, 1938; JAHODA, 1979) y la cada vez más abundante aparecida a partir de la crisis económica de los setenta. Es decir, como diría GERGEN, la Psicología Social se ha preocupado del desempleo cuando este se convierte en problema social; el tema es olvidado durante el tiempo que separa a ambas crisis (TIFFANY, COWAN, TIFFANY, 1970). Estos pocos estudios sobre el desempleo se han centrado en las consecuencias del mismo. En primer lugar para el individuo que lo padece. Esto prueba que el trabajo remunerado es una meta humanamente valorada: porque es la operacionalización del principio de realidad, proporciona el marco de relaciones y comparaciones sociales, le confiere su identidad social y, consiguientemente, la personal (JAHODA, 1979, 1981; TORREGROSA, 1980; HAYES y NUTTMAN, 1981; KATZ, 1984, a, b; WARR, 1982).
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