El presente trabajo es una aproximación a dos obras de Juan Carlos Onetti -El pozo y Los adioses- en el que se analizan las particularidades de sus narradores, los cuales ejercen su función no a partir de circunstancias vividas o presenciadas -como cabría esperar, por ejemplo, del autor de unas memorias o de un testigo que interactúa con los personajes que observa- sino desde las conjeturas, las fantasías, las impresiones personales y la posibilidad de crear y re-crear hechos y situaciones a través de la escritura.
Cuando la comunión y la empatía no parecen posibles, debido al hastío y el aislamiento propios de nuestra época, será la escritura el paliativo para la soledad, la herramienta que utilizarán estos narradores para albergar una esperanza de afirmación del propio ser y sus inquietudes.
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