Carlos Adrán Goás, Santiago F. Pardo de Cela
La defensa del territorio era una de las responsabilidades que asumía el Corregidor de Viveiro al acceder a su cargo. Esta defensa suponía tanto el conservar, mantener y vigilar los límites del término municipal, como garantizar los usos y costumbres, bienes y vida de los ciudadanos. En territorios fronterizos, como lo es toda costa de la mar, se le añadía la obligación de vigilar, avisar y repeler cualquier tipo de invasión. Para ejercer su cometido el jefe de la defensa disponía, además de un territorio definido, de unas instalaciones, un personal, un armamento y munición.
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