Cada empresa necesita ser excelente en aquello que produce y para ello requiere de sus proveedores no sólo materiales o mano de obra, sino aportación de valor. Una contribución esencial es el conocimiento y la innovación continua en los servicios o productos que suministra el proveedor, generando en muchos casos ventajas competitivas para el cliente. No obstante, este círculo virtuoso ha de ser reconocido y cuidado escrupulosamente por ambas parte, pues el basarse en la confianza mutua es muy proclive al deterioro.
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