Escribir acerca de la muerte en la literatura trata de responder a una de las preguntas que, desde siempre, se ha hecho el hombre de cualquier cultura, época o creencia. Vida y muerte son las dos caras de la misma moneda y no podemos ignorar que todo lo que nace acaba pereciendo. El Oráculo en La llamada de los muertos, de Laura Gallego, nos recuerda que la vida por sí misma no es nada, si no va acompañada por la muerte, su compañera: "No comprendes que cada cosa tiene su tiempo y su edad, y que si bien la vida es algo maravilloso, también la muerte es necesaria para toda criatura" (pág. 31). En El coleccionista de relojes extraordinarios es la propia muerte quien le da este consejo a Jonathan Hadley: "Limítate a vivir, eses es tu trabajo. Cuando llegue tu hora, yo vendré a buscarte. Ese es mi trabajo. Nos veremos entonces�" Jonathan Hadley (pág. 154). Y es que no se puede huir de la Muerte por mucho que nos empeñemos.
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