Susan George, Roger García Lenberg (trad.)
Las numerosas incertidumbres que se ciernen sobre el futuro tienen su origen en el modelo de economía liberal globalizada. Las desigualdades entre países y entre ciudadanos han alcanzado niveles insostenibles, la pobreza se agudiza y los problemas medioambientales amenazan con llevar a las sociedades al colapso. Las crisis alimentarias son debidas a los movimientos especulativos, al desarrollo de los biocombustibles y a los propios desastres climáticos. Para cambiar esta situación es necesaria una mayor regulación del mundo financiero y económico, y trabajar con el horizonte de una mejor redistribución de la riqueza y de los equilibrios razonables entre el Norte y el Sur. Asimismo son precisas actuaciones urgentes sobre el clima y abrir paso a una democracia participativa, que potencie el sentido de corresponsabilidad social.
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