Las incertidumbres forman parte de la vida cotidiana de las personas. En los grupos sociales se desarrollan estructuras estables para intentar paliar las incertidumbres de salud, sustento, alojamiento y otras necesidades básicas. En la medida en que esas estructuras sean más sólidas, se generarán mayores cotas de confianza en el futuro. Los Estados de Bienestar se han caracterizado precisamente por ser los modelos de convivencia donde mejor se han gestionado las incertidumbres, tanto las personales como las colectivas. Abundar en su fortalecimiento es clave para conjurar los riesgos económicos, políticos y sociales que existen en la actualidad.
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