El Grupo Marítimo Terminal de Contenedores de Barcelona también está haciendo las Américas. Sólo que su puerto de arribada es extremadamente conflictivo: se ha asociado con el grupo empresarial más importante y dudoso de Buenaventura (Colombia), el Grupo Empresarial del Pacífico, intentando controlar el negocio de un puerto por el que circula no menos del 30% de la cocaína colombiana, en una región en la que las violaciones de los derechos humanos (incluido el asesinato) son habituales. En su propaganda para el Grupo TCB presume de "responsabilidad social corporativa". Pero el movimiento se demuestra andando.
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