Dubai es en la actualidad el ejemplo perfecto de modelo de ciudad como representación del poder económico establecido, cuyo planteamiento obedece a una forma de ordenar el entorno como fragmentos, urbanos de propiedad privada y sin espacio público. Esto favorece un modelo de incluidos y excluidos que conlleva anular cualquier evolución lógica de la urbe, primando un modelo urbano que supedita los intereses de los ciudadanos a los de la economía y pone a la arquitectura al servicio de la glorificación del poder económico
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados