En su conferencia de 1944 sobre Filosofía y Política Ernst Cassirer expone algo que será retomado por El mito del Estado y preside buena parte de su obra. La filosofía debe rendir cuentas en cuanto responsable indirecta de ciertos climas políticos, tal como sucedió con ciertos pensadores que propiciaron la consolidación del nazismo. Las crisis de pensamiento pueden generar convulsiones políticas o sociales, porque se da una continua dialéctica entre pensadores y hombres de acción, entre las ideas y los hechos, en definitiva, entre la teoría y la práctica. Los grandes problemas histórico-políticos no pueden resolverse sin atender a las cuestiones fundamentales abordadas desde una perspectiva filosófica, toda vez que se da una insoslayable interacción entre la estructura de las ideas y la configuración de nuestra realidad político-social. El debate de Davos, La idea de la constitución republicana, El problema Jean-Jacques Rousseau y Filosofía Moral, Derecho y Metafísica: Un diálogo con Axel Hägerstrom sirven para ilustrar esta tesis que hace suya el autor del artículo, que también lo es de La quimera del Rey Filósofo.
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