El manejo integrado de plagas y enfermedades implica que se deben priorizar, siempre que sea posible, los métodos biológicos, biotecnológicos, culturales, físicos y genéticos, por delante de los métodos químicos propiamente dichos.
El nivel de riesgo en cada parcela, que se debe establecer con carácter previo a cualquier intervención química, se realiza mediante evaluación del nivel de población calculado gracias a sistemas de muestreo, estado de desarrollo de las plagas, enfermedades, y fauna útil, fenología del cultivo y condiciones climáticas. Por tanto, la aplicación de medidas directas de control de plagas y enfermedades solo se efectuará cuando los parámetros observados superen los correspondientes umbrales establecidos.
En el caso de que se superen los umbrales establecidos y sea necesaria la intervención química, las sustancias activas a utilizar son seleccionadas de acuerdo con los criterios de menor peligrosidad para las personas, la fauna y el medio ambiente; la efectividad en el control de la plaga, el patógeno o la enfermedad; la selectividad; los residuos y el riesgo de aparición de poblaciones resistentes.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados