Las patologías �tiempo-dependientes�, entendiendo como tales aquéllas en las que el retraso diagnóstico o terapéutico influye negativamente en la evolución y el pronóstico del proceso, son consideradas críticas en las emergencias, ya que su morbimortalidad está directamente relacionada con la demora en iniciar el tratamiento. Ejemplos de este tipo de patología existen en la práctica clínica habitual, desde la actuación ante la parada cardiorrespiratoria, continuando con el paciente que sufre un accidente vascular cerebral, un politraumatismo, un síndrome coronario agudo o una sepsis. La creación de sistemas de coordinación entre niveles asistenciales de diferente complejidad ha posibilitado la implantación y, finalmente, la consolidación de unos procedimientos consensuados entre todos los profesionales sanitarios implicados en el proceso asistencial que, de forma espontánea y genérica, se han definido como �códigos de activación�. La aparición de estos códigos aparentemente parece simple, pero se convierte en un reto. Al detectarse una emergencia, se procede al aviso del centro receptor adecuado para el paciente a través de un centro coordinador de emergencias y se traslada al paciente a dicho centro.
Con los códigos se busca trabajar en equipo, de forma coordinada, basado en protocolos científicos reconocidos por los implicados en la asistencia y la comunidad científica y evitar duplicidad de acciones y retrasos innecesarios en las actuaciones con el paciente. En definitiva, tienen como una única finalidad trabajar conjuntamente para el beneficio del paciente.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados