Actualmente, la industria química en Europa maneja altos tonelajes de productos que, en muchos casos, son potencialmente peligrosos por los riesgos que sus componentes conllevan (inflamabilidad, explosividad, toxicidad, etc.) Para evitar posibles contingencias o incidentes que puedan revestir cierta gravedad, producto de su manipulación, es fundamental un control total de los procedimientos. Al efecto se utiliza el llamado Reglamento REACH, también SCC (Strictly Controlled Conditions), que plantea tres vías para el registro de sustancias, siempre que se manejen bajo condiciones estrictamente controladas: un registro completo, según refleja su artículo 10; información específica sobre las sustancias intermedias aisladas in situ, que son aquellas que permanecen en el emplazamiento en el que son usadas; y el control de las sustancias intermedias aisladas transportadas, aquellas que se desplazan en condiciones debidamente controladas.
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