España, como otros países del Sur de Europa, se caracteriza por la existencia de la jornada laboral partida. Este tipo de jornada consiste típicamente en cinco horas de trabajo por la mañana (de 9 a 2, por ejemplo), seguido de una parada de dos horas (para comer) después de la cual se retoma el trabajo durante otras tres horas (típicamente de 4 a 7). El hecho de terminar tan tarde la jornada laboral conlleva un conflicto entre la vida laboral y la familiar a medida que la participación laboral de la mujer aumenta. Nuestro propósito en este trabajo es examinar quién tiene una jornada laboral partida en España y por qué. Nos restringimos al análisis de mujeres que trabajan a tiempo completo y cuyos compañeros también trabajan a tiempo completo. La elección de esta muestra se basa en que es precisamente para este colectivo para el cual la necesidad de conciliar familia y trabajo es más importante. Encontramos en primer lugar que las mujeres sin niños, así como aquellas cuyos compañeros tienen jornada laboral partida son las más propensas a tener también jornada partida. Sin embargo, a pesar de que la mayoría de las mujeres con jornada partida preferirían tener una jornada continua, no encontramos ninguna evidencia a favor de la existencia de Diferenciales Salariales Compensatorios por tener un horario de trabajo más "inconveniente". Al tratar de entender por qué algunas mujeres trabajan en régimen de jornada laboral partida encontramos evidencia de que la mayoría de ellas están restringidas en sus posibilidades de elección de un trabajo mejor, dado que son las más jóvenes y las menos educadas quienes más afectadas se ven por este tipo de jornada.
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